¿El secreto para controlar tu energía? ¡Conoce el beneficio de Congelar tus carbohidratos!
Si eres de los que experimenta un bajón de energía a media tarde o sientes hambre poco después de comer arroz o patatas, la ciencia tiene una respuesta sorprendente. Congelar tus carbohidratos antes de consumirlos podría ser la clave para mantener niveles de energía estables y una mayor sensación de saciedad. Esta práctica, respaldada por estudios recientes, transforma la estructura del almidón en los alimentos, ofreciendo beneficios significativos para la salud y la gestión alimentaria.
El truco reside en la formación de lo que se conoce como «almidón resistente». Según Yaa Boayke, nutricionista dietista y entrenadora personal, cuando alimentos como el arroz, la pasta y las patatas se cocinan, enfrían y luego se recalientan, su almidón cambia. Este almidón resistente es un tipo de carbohidrato que resiste la digestión en el intestino delgado, comportándose más como fibra dietética. Al fermentar en el colon, alimenta bacterias beneficiosas y produce ácidos grasos de cadena corta que reducen la inflamación y promueven la salud intestinal, explicó Jacek Szymanowski, nutricionista.

Un estudio de 2015 en el Journal of Functional Foods reveló que enfriar y congelar alimentos ricos en almidón puede aumentar hasta ocho veces la cantidad de almidón resistente, dependiendo del tipo de carbohidrato. La harina de trigo integral mostró los mejores resultados, mientras que el arroz congelado también presentó un incremento en almidón de digestión lenta. Incluso la refrigeración simple puede generar almidón resistente, aunque en menor medida que la congelación, y recalentar estos alimentos en el microondas potencia aún más este efecto.
Esta técnica es especialmente beneficiosa para personas con diabetes, ya que ayuda a controlar los picos de azúcar en sangre, y para quienes buscan perder peso, al promover una liberación de energía más lenta y una mayor sensación de saciedad. Además, congelar los carbohidratos en porciones específicas es una excelente estrategia para reducir el desperdicio de alimentos y asegurar la disponibilidad de comidas nutritivas. Amie Alexander, dietista australiana, recomienda este método a deportistas y practicantes de fitness por sus beneficios en el rendimiento.
Para congelar tus carbohidratos de forma segura, la FDA recomienda no dejarlos a temperatura ambiente por más de dos horas y siempre enfriarlos antes de introducirlos al congelador. Dividir las comidas calientes en porciones más pequeñas ayuda a un enfriamiento uniforme y rápido, evitando la proliferación bacteriana y la degradación de la textura. Si bien la mayoría de los carbohidratos pueden congelarse, algunos como el pan integral, el arroz cocido y las tortillas, se conservan mejor que la pasta fresca. Los resultados de esta práctica son prometedores, no solo para la salud, sino también para una gestión más eficiente de los alimentos.

