Francisco Maroto de BBVA analiza el impacto de las criptomonedas y el futuro del dinero
Francisco Maroto, miembro del equipo de Digital Assets de BBVA, ofreció una perspectiva clara sobre cómo las criptomonedas están redefiniendo el concepto tradicional del dinero. En sus declaraciones, Maroto abordó las diferencias clave entre estos activos digitales y las monedas fiduciarias, el papel de la tecnología blockchain y el valor de activos como Bitcoin y Ethereum.
Según Maroto, las criptomonedas representan una nueva forma de valor digital que no está emitida ni respaldada por un banco central o gobierno, a diferencia del dinero que utilizamos a diario. Aunque no son consideradas legalmente como dinero, su uso cotidiano ha crecido significativamente. «Al final, está aceptada como un medio de cambio», señaló, «y puede ser transferida, almacenada o negociada electrónicamente.»
Maroto explicó que el valor de una criptomoneda se rige por las leyes de la oferta y la demanda, reflejando un «puro mercado abierto». Esto significa que su precio fluctúa según la percepción de los usuarios sobre su utilidad, ya sea como medio de pago, intercambio o, en el caso de Bitcoin, como una reserva de valor comparable al oro digital.
Un pilar fundamental de estos activos es la tecnología blockchain, una red segura y descentralizada. Maroto destacó que esta tecnología registra las transacciones de manera secuencial, agrupándolas en bloques que son validados por una red global de «mineros». Este sistema de consenso asegura la veracidad de las operaciones y hace que sea extremadamente difícil manipular la información. «Es fácil identificar si se está trampeando el sistema», afirmó, subrayando la fiabilidad y seguridad de esta red.
Aunque algunos bancos centrales exploran la emisión de sus propias monedas digitales, Maroto aclara que estas no serían criptomonedas, sino «monedas digitales de un banco central». Esto diferencia claramente los activos privados y descentralizados de las iniciativas gubernamentales.
Maroto concluyó que, si bien la adopción de las criptomonedas como medio de pago puede ser más notable en países con divisas débiles o problemas de inflación, su principal uso actual es como una inversión. La gente invierte en ellas «pensando que van a subir de precio», consolidándolas como una clase de activo con un futuro prometedor en el panorama financiero global.


 
							 
							