Intercambio global de conocimientos cavernarios en el 19° Congreso Internacional de Espeleología
Con la participación de más de 50 países y alrededor de 1160 inscritos, se llevó a cabo en a finales de julio en Belo Horizonte, estado de Minas Gerais, Brasil, el 19º Congreso Internacional de Espeleología, un conjunto de conferencias y actividades dedicadas a la ciencia de las cavernas, que combinó el 38º Congreso Brasileño de Espeleología (CBE) con el 60º aniversario de la Unión Internacional de Espeleología (UIS).
En este importante encuentro Venezuela estuvo representada por Rafael Carreño, espeleólogo del Centro de Ecología del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) y presidente de la Sociedad Venezolana de Espeleología.
¿Qué actividades realizan en estos encuentros y qué tipo de información es relevante para nuestra región?
En este congreso se abordaron muchos temas de interés para Latinoamérica y el Caribe, así como para las distintas vertientes de la espeleología, tanto en el área académica como en la explorativa y conservacionista. Además, se desarrollaron talleres y actividades vinculadas con aspectos cruciales para esta comunidad de especialistas, como es el tema del espeleorescate, la fotografía subterránea, los documentales sobre el subsuelo, el turismo en cavernas y la vertiente deportiva de las espeleolimpíadas. No se trata de convertir el estudio de las cavernas en una aventura de exhibición o competencia, sino de divulgar las mejores prácticas de progresión sobre cuerdas y valorar técnicas y equipos que permitan mejorar la autonomía de los exploradores y la seguridad de cualquier colega, alejándonos del temor que a veces inspira la oscuridad y el confinamiento.

Explicó Carreño que el congreso fue propicio para conocer fenómenos naturales que no se han podido observar en el país porque están desarrollándose en ecosistemas muy lejanos del viejo continente, a veces sobre macizos poco propensos al cavernamiento. Por ejemplo, se expusieron trabajos sobre cuevas inusuales ubicadas en terrenos volcánicos, pequeñas grutas abiertas en rocas ferruginosas o las inestables cavidades de los glaciares.
Los conferencistas también reportaron fenómenos biológicos excepcionales, como cuevas que sostienen una cadena alimenticia basada en microorganismos que sintetizan el azufre, en ambientes inundados, con escaso oxígeno, entornos que han permanecido aislados durante millones de años. “Esos son fenómenos que no se encuentran en Venezuela y que tampoco existen reportes similares para Suramérica, porque hay muy pocas aberturas en el mundo con esas características, y eso es lo que puede justificar para algunos investigadores la expectativa de encontrar vida en otros planetas. Son comunidades integradas por seres ciegos que no dependen de procesos derivados de la energía solar, ni dependen de la descomposición de los detritos superficiales de las plantas”.
Señaló el experto que en Latinoamérica todavía quedan muchas cuevas inexploradas, lo que los mantiene inclinados hacia las ciencias básicas, por ejemplo, al topografiar los ríos subterráneos, cuando se develan nuevos ecosistemas que habían permanecidos ocultos para la cartografía nacional. Mientras tanto, en los países donde hay muchos grupos estudiando el medio ambiente subterráneo, están desarrollando junto con laboratorios universitarios trabajos más detallados desde el punto de vista biológico, geológico o antropológico.
La oportunidad también fue propicia para que el espeleólogo, quien tiene 40 años de experiencia subterránea expusiera un análisis sobre las Constituciones de Suramérica y su relación con el patrimonio biológico, arqueológico y mineralógico subterráneo, a fin de facilitar la comprensión de las responsabilidades ambientalistas y orientar las acciones conservacionistas.
“El tema es interesante porque en general las persona que se dedican a la legislación ambiental solo se concentran en las leyes y en los reglamentos y decretos, que tienen que ver con parques que poseen cuevas en sus territorios. Pero no es usual que los espeleólogos se involucren con las constituciones, que influyen como documentos de superior relevancia y que predominan sobre todos los demás textos de carácter legislativo que se van desprendiendo de cada constitución. Este tema generó interés, porque también deben consultarse fuentes históricas, por ejemplo, en Venezuela las cavernas pertenecen al dominio público, pertenecen a la nación. En cambio, en algunos países las cavernas pueden pertenecer a particulares o incluso a corporaciones que también son dueñas de lo que se encuentre debajo. En el caso de Venezuela, un propietario puede tener jurisdicción sobre la superficie del terreno, sin embargo, los recursos subterráneos pertenecen al país”.
Igualmente, señaló Carreño que desde hace 20 años ha habido un creciente interés en la acción conservacionista de la comunidad espeleológica latinoamericana, preocupados por el destino del planeta y la situación especial en la comunidad espeleológica latinoamericana, por el hecho de que hay un creciente interés en la conservación del planeta y en la situación de los ecosistemas que están amenazados, tanto por la contaminación de las aguas subterráneas y por la extinción de especies, ya que las cuevas tienden a servir de refugio a seres muy frágiles, como los murciélagos, que suelen estar amenazados por el cambio global.

¿Cómo influye el cambio global en las cavernas?
Cada país tiende a ser más sensible hacia algunos aspectos que a otros. Pero en general todos los ambientes subterráneos están siendo amenazados, y esto ocurre silenciosamente, porque se trata de paisajes confinados que permanecen como rincones que están escondidos para la mayor parte de la ciudadanía. Se trata de una red kilométrica de galerías, pozos verticales y salones, algunos amplios y otros angostos, que imperceptiblemente están siendo modificados, y en ocasiones están siendo directamente amenazados por la mano del hombre.
Hay países que tienen más sensibilidad contra la acción destructiva de las canteras de cemento, que están dinamitando los afloramientos de caliza donde encontramos la mayoría de las cuevas, aunque el objetivo sea obtener un producto que es tan necesario para la construcción. El caso del vandalismo subterráneo también es un tema sensible en muchos países, por el saqueo de localidades paleontológicas o de interés antropológico, ya que en muchos abrigos bajo tierra se encuentran evidencias rituales de nuestras culturas ancestrales.
Otros países tratan de regular el vertido de pesticidas de uso agrícola, porque aunque no haya grutas directamente debajo de los sembradíos, los terrenos agrietados pueden distribuir las aguas tóxicas o las aguas negras de los poblados hacia niveles profundos muy lejanos, donde afectan la fauna cavernícola. Otra de las preocupaciones está en la progresiva desertificación de extensos terrenos boscosos que antes eran muy húmedos y fértiles, debido a la tala, y la quema para introducir ganado, para la explotación maderera y para urbanizar, por lo que muchas cuevas van disminuyendo el caudal de sus quebradas subterráneas.
En fin, este Congreso logró convocar a muchos más especialistas y agrupaciones que el anterior evento celebrado en Suramérica en 2001, en Brasilia, por lo que se podrán fortalecer las alianzas científicas y explorativas durante los próximos años, en una disciplina que todavía es muy poco conocida.

