La lucha contra el fraude digital evoluciona: el fin del CAPTCHA se acerca en América Latina

A medida que los fraudes digitales se vuelven más sofisticados con el uso de Inteligencia Artificial y bots avanzados, el clásico CAPTCHA está llegando a su límite. Un estudio de Stanford reveló que el 15% de los usuarios abandona un proceso si la verificación se vuelve engorrosa, una fricción que se traduce en pérdidas tangibles para empresas de comercio electrónico y fintechs.

América Latina, una región con un rápido crecimiento digital, se ha convertido en un terreno fértil para la adopción de nuevas soluciones antifraude. La necesidad de mecanismos más precisos y menos invasivos es crítica, especialmente cuando casi el 50% de los fraudes financieros en la región se originan desde apps móviles, usando técnicas como el smishing, SIM swapping y el tráfico AIT.

CAPTCHA bajo presión: los bots ya aprendieron a «ser humanos»

Diseñado para diferenciar a las personas de las máquinas, el CAPTCHA se ha visto superado. Los bots actuales son capaces de resolver estos desafíos visuales en segundos, a menudo más rápido que una persona real. Esta obsolescencia, combinada con el rechazo de los usuarios (quienes tardan entre 9 y 15 segundos en resolverlos), ha impulsado la búsqueda de alternativas.

Detección sin fricción: la nueva era de la seguridad

En lugar de depender de desafíos visuales, la industria se enfoca en sistemas que operan en segundo plano, detectando patrones de comportamiento sospechosos. Infobip Signals es un ejemplo de esta innovación, una herramienta que identifica tráfico malicioso y solicitudes fraudulentas de OTP sin interrumpir la experiencia del usuario.

«El sistema analiza variables como la frecuencia de mensajes y el origen de los intentos para otorgar un puntaje de riesgo en tiempo real. Si el puntaje supera un umbral, el tráfico se bloquea automáticamente, sin afectar a los usuarios legítimos», explica Angélica Arévalo, directora de Business Strategy LATAM para Infobip.

Un informe de la compañía destaca que estas herramientas han bloqueado hasta 175.000 intentos de fraude por mes en algunas plataformas, reduciendo el riesgo y el gasto en mensajes innecesarios.

¿Qué viene después del CAPTCHA?

La tendencia global apunta a sistemas que analizan el comportamiento en lugar de pedir al usuario que demuestre su humanidad. Alternativas como el análisis de IP y geolocalización, la verificación silenciosa de números móviles, la biometría pasiva y los sistemas de puntuación de riesgo en tiempo real están ganando terreno.

“Estas tecnologías están pensadas para un entorno donde el tiempo del usuario es oro. El clásico CAPTCHA está quedando obsoleto frente al avance del fraude automatizado. En América Latina, donde el crecimiento digital se acelera y el riesgo es alto, la apuesta es clara: reducir la fricción sin ceder en seguridad”, concluyó Arévalo.

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